Latinoamérica es considerada una de las regiones con más repercusiones por efectos de la crisis climática; sin embargo, no muestra contribución mayor sobre las emisiones de gases de efecto invernadero que acelera el calentamiento global.
El Banco Mundial (BM) tiene como objetivo llevar a cabo el proceso de descarbonización de la economía. “Obtener el beneficio colateral de trabajar en actividades de bajo carbono”, como lo mencionó Ana Bucher, especialista de Medio Ambiente del Banco Mundial. Asimismo, la institución buscará promover la adaptación de los países de Latinoamérica y el Caribe a los efectos destructivos del cambio climático.
Debido a ello, el plan anunciado a finales del 2020 que busca poner en marcha el Banco Mundial, consiste en que al menos 35 % de su financiación durante los próximos 3 años (hasta el 2025), para generar beneficios colaterales climáticos.
Denuncia crisis climática
A la fecha, Latinoamérica contribuye en muy bajo nivel a la mitigación de emisiones de gases de efecto invernadero, a pesar de ser estas la principal causa por la cual se genera la aceleración del calentamiento global. El principal sector de la humanidad que se vería perjudicada serían los sectores de pobreza extrema. Se estima que para el año 2030, más de cinco millones de la población terminaría una condición de limitación y escasez económica. Este factor obligaría a millones de personas a desplazarse a las ciudades ante la imposibilidad de seguir trabajando en el sector de la agricultura o la ganadería.
Ante ello, la especialista Ana Bucher propuso que lo más adecuado sería realizar una planificación para la adaptación de la población ante esta coyuntura climática, empezando por los sectores más vulnerables como las rurales, indígenas y la población femenina.
Por otro lado, el Banco Mundial destacó lo vital que es en la actualidad fomentar la transición de la economía, en especial la que proviene de la agricultura, ya que esta significa la producción de casi la mitad de las emisiones contaminantes. Con ello, se buscaría pasar a un modelo sostenible como la cuenta del Amazonas, donde se evitan puntos de inflexión en ecosistemas claves.
FUENTE: DIARIO GESTIÓN
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